domingo, 16 de maio de 2010

El secreto de sus ojos


Siempre me he preguntado “¿qué pasa con el cine brasileño que no gana un Oscar?”, “¿Qué ocurre que vive eternamente del dinero público, o, cuando no, su producción es mediocre?” Sí, podríamos quedarnos filosofando sobre la mediocridad, la superioridad… Podemos, con un aire de falsa aristocracia, decir que no nos interesa en nada el galardón estadounidenses, y bueno, mi caro, si piensas así, yo tengo poco a decirte.

Me parece que las películas brasileñas son pobres, sin poesía, sin lirismo y, cuando son buenas, algo pasa y no la valoramos. Por ejemplo, ¿qué pasó con la película “Central do Brasil”? Mis amigos no la encontraron tan grande. ¿Y con “Cidade de Deus”? ¿Y con “Tropa de Elite”? Igualmente, mis amigos no las aprobaron.

¿Que sé yo, entonces? ¡Qué lata! Por lo tanto, olvidemos.

Que pasa es que las películas argentinas me encantan mucho más que las películas brasileñas y ahora termino la segunda mirada en “El secreto de sus ojos” y me quedo pensando: no hay nada ahí, es una película normal, simpática, hasta un poco apelativa, y sin embargo, llevó el oscar. Podría decir que se parece a una película brasileña o estadounidense, y no de las mejores, es verdad. Solo. Bueno, se llevó el oscar extranjero.

Pregunto otro vez: ¿Qué tiene esa película? Y lo respondo: No tiene nada demás. Es un historieta y solo. Un hombre maduro pero que mantiene para su jefe, la mujer que le encantó siempre, una timidez incomprensible. La escena del tren es cualquier cosa de lo común, del clichê en las películas. Todas las historias se van envueltas a esa – tanto que algunos críticos le han tachado de drama, otros de policial. Hay quién la llame algo de comedia... Bueno, yo la llamaria de romance.

Algo que me gusta siempre en las películas argentinas (el poco que lo he visto) es el foco en los ojos, es que los atores (¡bravo!) no se parecen atores, sino locales que fueron aprovechados. La cámara es lenta y cambia todo en poesía. Las historias son pequeñas, pero individualmente importantes. Recuerdo eso en “Historias Mínimas”, tema del primer post del blog ideas a deriva (http://ideiasaderiva.blogspot.com/2005/02/histrias-mnimas-comentrios-sobre-o.html ).
Bueno, eso se fue. Es romanticismo de mi parte. No está en el “Secreto de sus ojos” que se encuadra como una película más norteamericana. Talvez.

Pero, aun así, vale la pena mirarla. Vale la pena mirar la interpretación de Guillermo Francella para su Sandoval y el alcoholismo. En una parte, Sandoval habla con Benjamín (el policía interpretado por Ricardo Darín) y le pregunta, después de leer muchas veces las cartas del asesino de la historia, algo como ¿qué cosa yo no paro de hacerlas? ¿que cosa, aun que lo sepa que me matan, que cosa no puedo evitarlas porque son mis cosas? Y el habla de su alcoholismo. De su pasión. Le gusta ir a los bares y ponerse borracho.

“Una pasión es una pasión.”… “Un tipo puede cambiar la cara, su dirección, pero no puede cambiar su pasión. El tipo no puede cambiar una pasión.” De ahí, descubren el amor del asesino por el fútbol y lo capturan. También es la clave para otro secreto de la película.

La escena en que logran la confesión del asesino también es de una tontería digna de las telenovelas brasileñas. Además, la película parte para diversos campos, como el amor obstinado del viudo (su pasión), como el deservicio del servidor público y de la ley del más fuerte. Algo que calienta los nervios y hace pensar en la justicia que cada uno debe tomar para si.

Pero, todavía, hay más una cosita interesante en la historia, algo sobre la justicia y la ley, sobre el castigo y, bien, esa otra cosa es la gran sorpresa de la película. Esa gran sorpresa (adivinable, es verdad) vale la película y no les cuento para que la puedan descubrir solos.

Ah, sí, también me pareció que la película es demasiada larga y su música algo apelativa.

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Bueno, demoré tanta para hacer esa crónica que me voy a postarla sin una revisión y otra más. Después veremos.

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Ah, sí, otra cosa, no soy un especialista en las películas brasileñas. He visto que hay muchas de que nunca he oído hablar, entonces, mis consideraciones son muy pobretas.

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Además, el título de la película, me parece, se lo sacó de la clave que empeza a solucionar en crimen, la mirada de ojos en la fotocopia.

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Gracias por venir.