terça-feira, 27 de outubro de 2009

Déjame

Déjame escribirte los libros que tengo en mi. Son tuyos.
Déjame llevarte al cine.
Déjame caminar a tu lado en la playa, asegurar tu mano
Y jugar con tus perros.
Déjame mirarte.
Déjame creer en las cosas que ya creí.
Déjame contarte mis planes secretos para el futuro.
Déjame dejarte cambiarlos.
Déjame acercarme a ti.
Déjame ofrecer mis chistes infantiles para que pueda verte sonriendo.
Déjame ofrecerte mis brazos,
Déjame anidarte – no lo puede ser malo eso.
Déjame aprenderte.

Mira, yo tengo un mar vivo.
Yo tengo mil historias.
Déjame regalártelas como un mimo.

!Enseñame!
Tengo algo para darte que tampoco lo sé por entero – pero, no puede ser malo.
Tiene aromas juveniles y vigor de los primeros años, tiene color de los poetas romanticistas y el fervor de una fe.